El Yuan digital, ¿un rival geopolítico inesperado?
Águeda Parra
El texto que presentamos a continuación son extractos de la tribuna publicada por la autora en El País el 2 de abril de 2022.
La compleja coyuntura internacional de la invasión de Rusia sobre Ucrania podría tener como ganador colateral a un rival geopolítico inesperado, China y su moneda, el renminbi (o yuan), frenando la hegemónica influencia del dólar sobre el sistema financiero internacional.
De producirse, la decadencia de la moneda estadounidense y el dominio del yuan chino no se produciría con efecto inmediato sobre los mercados financieros en los próximos años, pero el impacto de los movimientos geopolíticos que está generando la guerra sí podría conllevar cambios en los grandes pilares financieros internacionales en una década según algunos analistas.
El principal efecto geopolítico a corto ya es, sin embargo, evidente. Frente al bloqueo bancario a Rusia para utilizar el sistema internacional de pagos SWIFT (siglas en inglés de la sociedad para la telecomunicación financiera interbancaria global). El yuan chino experimentará una mayor internacionalización en los mercados, no solamente como moneda refugio, Sino para satisfacer las transacciones de la relación comercial entre China y Rusia, que ascendieron a 112.000 millones de dólares durante 2020, según el fondo monetario internacional.
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La amenaza no es inminente ya que las herramientas desplegadas por China están lejos de poder competir frente a la hegemonía del sistema financiero internacional vigente bajo influencia estadounidense.
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Los juegos olímpicos de invierno en Pekín han sido el último escenario para comprobar el potencial que tiene el despliegue de la moneda digital en la que China lleva trabajando desde 2015, consiguiendo mover el equivalente de hasta 315.000 dólares en yuanes digitales diariamente.
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Después de la presentación a la comunidad internacional durante los Juegos Olímpicos, el yuan digital está técnicamente preparado para su uso en el mercado doméstico, con capacidad para satisfacer además una demanda internacional cuando surja.
Como moneda soberana se trata de un mecanismo alternativo de pago donde la operación no quedará reflejada en el sistema de transferencias SWIFT, tampoco necesitará que el sistema CHIPS la compense quedando todo el proceso ajeno a los bancos occidentales.
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Las cadenas de suministro son también otro punto de interés en todo este esquema. Las importaciones de petróleo y gas rusos son esenciales para garantizar la seguridad energética que necesita china. Asimismo, como máximo importador de carbón de rusia, la imposibilidad de ejecutar los pagos comerciales entre ambos países desencadenaría una disrupción industrial que afectaría el abastecimiento de los mercados internacionales, impactando negativamente sobre la economía mundial.
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El enfoque de una posible desglobalización con la generación de dos polos tecnológicos, rivalizando Estados Unidos y China por la hegemonía tecnológica, ha marcado el primer paso de un proceso de desacoplamiento que parece acelerarse con la pérdida paulatina de la hegemonía del dólar, asociado al status geopolítico de Estados Unidos.
El surgimiento de un nuevo orden monetario menos interconectado parece más cercano si China decide ofrecer al mundo el yuan digital. Será solamente un paso, pero será un gran paso que generará cambios críticos en las dinámicas geopolíticas, en el sistema financiero global y en la gobernanza internacional.
Enlace a la publicación original en El País: